UN DOCUMENTAL PARA LOS 90 DE SENÉN SUÁREZ



PIE DE GRABADO: En la foto Senén, izquierda, junto al director José Galiño, poco antes del estreno del documental “Mi vida en una guitarra”, realizado con el auspicio de la UNEAC y el Centro de desarrollo del documental Octavio Cortázar. El documental fue proyectado en una Sala Villena repleta de amigos y admiradores. (Foto: Roberto Bello)

El compositor cubano Senén Suárez tuvo la suerte de celebrar sus 90 años de edad mientras se contemplaba en una pantalla de cine, gracias al documental Mi vida en una guitarra, que el cineasta José Galiño hizo para homenajear a uno de los músicos más populares de la Cuba de los años 50.
Con camisa y pantalón blanco, en la Casona de la Unión de Escritores y Artistas, en La Habana, Suárez volvió a verse tocando guitarra y tres, a la zurda, mientras dirigía a los músicos de los diferentes grupos que tuvo, entre ellos su famoso Combo.
El documental es un breve pero sobresaliente recorrido por la vida de Suárez, fecundo autor cuyas piezas interpretaron estrellas como Celia Cruz, con la Sonora Matancera, y Benny Moré.
Procedente de Manguito, un pueblo del campo de la occidental provincia de Matanzas, Suárez fue compañero de grupo de cantantes del calibre de Laíto Sureda, otro nombre sagrado de la Sonora Matancera, una de las tantas agrupaciones a las que perteneció tras abandonar el Combo de Suárez, al que retornó luego.
Senén Suárez se instaló en La Habana para ganarse la vida como técnico dental, pero cambió ese oficio por el de tresero una noche en que le pidieron mostrar sus habilidades con ese instrumento como aspirante a tocar en una de las muchas agrupaciones que animaban la vida nocturna de la capital de Cuba.
A partir de entonces inició una rápida escala hacia la cima de la música cubana de esos años, incluidos los 60 del siglo XX, hasta que la obra que cultivaba comenzó a perder raíz y popularidad y prefirió retirarse de la música como oficio.
Hasta hoy, se refugió en su familia, ya numerosa y compuesta por varios hijos y nietos. «Lo que más me ha interesado en mi vida es la familia. Eso es lo que está por encima de todo para mí», explica durante una de sus muchas intervenciones de Mi vida en una guitarra .
Además de haber tenido mucho oxígeno al frente de su Combo, que llegó a ser prominente en los cabarets Tropicana y Capri, Senén Suárez fue un compositor mimado por la crema y nata de las orquestas, soneros y boleristas de la época, como Roberto Faz, quien, antes que lo inmortalizara Benny Moré, cantó dos veces la pieza de Suárez Soy guajiro.
El nonagenario músico cubano es uno de los pocos de su generación aún vivos. Se le considera una reliquia, junto a Adriano Rodríguez y Candita Batista, la vedette negra de Cuba.
Antes de “Mi vida en una guitarra”, el cineasta José Galiño se recreó de modo similar en las vidas del cantante puertorriqueño Daniel Santos y el cubano Abelardo Barroso, uno de los más fecundos soneros de todos los tiempos. (Por Mario Vizcaíno Serrat)

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